Hoy quiero hacerte una invitación;
respira, solo escucha y luego me dirás
si aceptas tal proposición.
Me gustaría invitarte a mirarme,
fijamente... y dime que ves
Pero todavia no apartes la mirada,
quédate aquí un rato mas y mira bien.
Ay! Que simple resulta navegar por tu superficie
de los colores pardos.
y olvidar lo que ya sabiamos,
y olvidar que esta todo conectado.
Que cada veta, cada trama
responde a un desacierto,
a una dolencia, es una cicatriz.
Mirame fijamente y veras que ahi están,
que las llevo como decoraciones,
y que aveces hasta pongo en un altar.
Pero mira más profundamente,
mira mas alla de lo aparente
y de los destellos de la adoxografia.
Existe alli un color, un solo color.
En las profundidades de ese mar ambar
quiero invitarte a revelar el misterio
de los petalos de carol,
que se encuentra tras las miles de marcas
y el desaliento que aveces me provoca vivir.
Alli no encontraras rigideces
arena gruesa, ni moralinas;
solo encontraras lo inesperado de saber
que aquí estoy, y que todo soy.
Debo admitir que me hubieses gustado,
y gustado mucho,
haberte echo esta invitación tiempo atrás,
antes...
Quizás con mas tiempo, quizás con menos presión,
probablemente por escrito con letras de oro,
y no doradas al agua.
Aquí estoy, solo diciendo con palabras
lo que entre autopistas, sexo y desesperanzas
no te supe pedir antes:
que me mires,
porque aquí estoy.
Mirame...
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